Bacillus subtilis para combatir patógenos intestinales y estimular una mayor productividad
Múltiples estudios confirman que los probióticos ayudan a prevenir patologías controlando a los patógenos gastrointestinales, generando así beneficios indirectos pero claramente constatables en el rendimiento y la productividad de nuestros animales. Aislado del medio ambiente en Japón en 1986, Calsporin® presenta un largo y exitoso recorrido en cuanto a su uso en la cría de ganado. Este reconocido probiótico aporta un gran número de esporas viables de Bacillus subtilis C-3102 no modificadas genéticamente.
La correlación entre salud gastrointestinal y productividad concierne a todas las aves
Un rasgo común a todas las especies de aves resulta ser su elevada sensibilidad a los patógenos intestinales y cómo el desarrollo de dichos patógenos se correlaciona negativamente con los rendimientos productivos de las mismas. Los trastornos en el equilibrio de la microflora intestinal provocan una mayor susceptibilidad a Clostridium perfringens, Escherichia coli, Salmonella spp. y Campylobacter spp. Sin embargo, los avicultores tienen cada vez más limitadas las posibilidades de usar productos antimicrobianos.
Estas bacterias locales compiten con las especies patógenas por los sitios de unión epitelial y los nutrientes, estimulan la modulación positiva de la respuesta inmune intestinal del huésped y pueden llegar a producir metabolitos secundarios para controlar el crecimiento de las susodichas bacterias patógenas. Incorporando esporas viables de Bacillus subtilis en la alimentación aviar se mejoran las condiciones ambientales del ecosistema intestinal y se potencia el crecimiento de las bacterias beneficiosas locales. Como resultado de ello, se obtienen mejoras en la producción y una marcada reducción de la presión y carga patogénica en el intestino de las aves.
La administración de B. subtilis en el pienso de las aves resulta ser una alternativa segura y práctica ya que permite conseguir una marcada reducción o incluso la total exclusión de los patógenos más comunes: Clostridium perfringens, Salmonella, E. coli y Campylobacter entre otros.
Un intestino sano asegura una absorción óptima de nutrientes y minerales, requisito fundamental para conseguir optimizar los parámetros productivos de cualquier animal. La población microbiana intestinal comensal ayuda a digerir mejor el alimento y también protege al huésped de la colonización de bacterias patógenas.