Soluciones nutricionales
Las concentraciones extremadamente altas de proteínas (por ejemplo, de la harina de soja) predisponen a los brotes clínicos. Debido a que el patógeno está presente en el intestino posterior del cerdo, se debe considerar qué nutrientes llegarán a esa zona intestinal. Se recomienda evitar un exceso de proteínas provenientes de fuentes proteicas de baja digestibilidad (harina de canola, torta de girasol), pero también las dietas bajas en fibra, a base de arroz blanco cocido de alta digestibilidad, que mejoraron preventivamente en circunstancias de investigación.
Fibra
Especialmente la fibra de NSP soluble (polisacárido sin almidón) y el almidón resistente parecen promover la colonización bacteriana. Sin embargo, en otro estudio, las dietas suplementadas con carbohidratos solubles fermentables de inulina protegieron a los cerdos contra el desarrollo de disentería porcina.
Además, algunos aditivos alimentarios tienen el potencial de usarse como medida dietética para combatir la enfermedad.
Aditivos alimentarios
Los aditivos alimentarios con efectos antibacterianos directos contra B. hyodysenteriae pueden reducir la propagación y ralentizar la colonización de los cerdos en la granja. La investigación in vitro mostró actividad antibacteriana para los ácidos orgánicos, con una actividad inhibidora más fuerte para el ácido láurico del ácido graso de cadena media C-12 (AGCM). Desafortunadamente, en un estudio de infección experimental, la adición de ácido láctico al alimento no pudo reducir la infección por B. hyodysenteriae. Para el ácido linoleico conjugado (CLA) se observó un efecto inmunomodulador y la alimentación con CLA durante varias semanas antes de la infección (experimental) resultó en la prevención de los signos clínicos de disentería.
Para diferentes productos fitogénicos, también se demostró actividad antibacteriana directa contra B. hyodysenteriae. Estos productos naturales, provenientes de plantas, también demostraron mejorar la digestibilidad en animales. Ambos mecanismos pueden explicar por qué también in vivo se observó que los productos fitogénicos tienen efecto en el control de la disentería porcina. El compuesto de aceite esencial con la actividad más fuerte hacia B. hyodysentariae fue el cinamaldehído. Además, para compuestos como timol y carvacrol, o para dos derivados del ajo, propil tiosulfinato (PTS) y propil tiosulfonato (PTSO), se demostró actividad inhibidora contra B. hyodysenteriae. También se pudo observar que las combinaciones de múltiples compuestos dan como resultado efectos antibacterianos aditivos o incluso sinérgicos.
Probióticos
Otro grupo de aditivos alimentarios con el potencial de reducir la disentería clínica porcina son los probióticos. Dan forma a la microbiota (del intestino grueso), crean suficiente competencia con las bacterias beneficiosas y previenen el crecimiento excesivo de Brachyspira. Una microbiota equilibrada parece ser un factor importante que influye positivamente en el resultado de las infecciones por B. hyodysentariae.
Los animales portadores asintomáticos pueden desarrollar una enfermedad clínica después de desencadenantes perturbadores de la microbiota, como cambios en la dieta, antibióticos o periodos de ayuno. Por lo tanto, es importante que el entorno del intestino grueso esté ocupado con microbios beneficiosos en cantidades suficientemente altas y con buena estabilidad. Al añadir probióticos en el pienso, precisamente tenemos esta intención de estabilizar la microbiota intestinal.