En el organismo, algunas enzimas específicas (selenoproteínas) requieren la incorporación de Se para funcionar correctamente en el animal. Estas enzimas reducen la presencia de las especies reactivas de oxígeno (producidas durante la actividad metabólica normal y que se incrementan en los periodos de estrés) que causan daño celular y el consiguiente mal funcionamiento de los tejidos. La protección frente a estos subproductos dañinos es especialmente importante en las células que tienen altas demandas de energía.
Deficiencia en Se, una solución nutricional
El Se se puede añadir a la dieta tanto en forma inorgánica como orgánica. La ventaja de usar Se orgánico en la forma de L-Selenometionina (L-SeMet) en comparación con las fuentes inorgánicas (como, por ejemplo, el selenito sódico) es su habilidad para ser incorporada directamente en las proteínas del animal. Este Se incorporado (en forma de L-SeMet) actúa como un depósito de almacenamiento de Se dentro del animal (figura 1). Otros compuestos de Se están siempre reducidos como seleniuro de hidrógeno (H2Se) y posteriormente se convierten de novo en selenocisteína y se incorporan a las selenoproteínas. El selenito no funciona como una reserva de Se en el cuerpo y, por lo tanto, cualquier exceso de Se es excretado para prevenir su toxicidad. L-SeMet es el único compuesto de Se que se puede unir a las proteínas estructurales del animal (como las del músculo y el hígado) sin conversión. Esto asegura un suministro óptimo de Se incluso en periodos de estrés (causados por calor, por ejemplo) cuando la ingestión de Se a través de la dieta está limitada y, al mismo tiempo, existe una alta demanda para ayudar a reducir los radicales libres y proteger a las células de sufrir daños. Los estudios han mostrado que el Se del selenito sódico se excreta unas tres veces más que el de la L-SeMet cuando se alimenta a los pollos, lo que confi rma que se trata de una forma que no se almacena (Skrivan et al., 2008).