Para evaluar el efecto de liberación lenta del cloruro de cobre hidroxilado en todo el TGI, se realizó un estudio in vivo (Naziripour y Klasing, 2010) en pollos de engorde
que se alimentaron con 150ppm de Cu, a partir de sulfato de Cu y cloruro de cobre hidroxilado, durante 2 semanas (día 3-14).
La cantidad de Cu (mg/kg MS) se dividió en Cu soluble e insoluble (no disponible para fines nutricionales y microbicidas).
Se demostró que el sulfato de cobre aumenta el Cu soluble duodenal casi 2 veces en comparación con el cloruro de cobre hidroxilado, afectando negativamente a las vellosidades, mayor tendencia a formar complejos indigestibles con los nutrientes de la dieta y menos Cu disponible en porciones distales del TGI.
El cloruro de cobre hidroxilado resultó en más Cu soluble en todas las regiones del intestino (P <0,05), es decir mayor biodisponibilidad de Cu para el animal y mayor actividad anti E. coli.
En cuanto al rendimiento productivo, la inclusión en el alimento de 100, 200 y 300 mg/kg de Cu a partir de cloruro de cobre hidroxilado mejoró la ganancia diaria de peso, el consumo medio de alimento y la conversión para todas las inclusiones en comparación con el sulfato de Cu (Kim y Kil, 2015).
SELENIO EN LA ALIMENTACIÓN: TODO SOBRE LA L-SELENOMETIONINA
En la actualidad aún se utiliza selenito de sodio en gran medida en la fabricación de alimentos balanceados.
Las fuentes de selenio orgánico se evalúan según el contenido de L-Selenometionina (L-SeMet), que es la única forma que el selenio se puede acumular de misma manera que la metionina, en la fracción proteica de tejidos y productos animales (leche, huevos, carne).