Control de micotoxinas

La coexistencia de múltiples micotoxinas en alimentos para animales tiene una seria repercusión en el rendimiento y el bienestar de los animales de producción. Los preparados comerciales para la gestión de las micotoxinas están (parcialmente) elaborados a base de adsorbentes. Estos adsorbentes tienen la capacidad de aglutinar, hasta cierto punto, micotoxinas específicas en el aparato digestivo. Los adsorbentes más usados y sometidos a pruebas son aluminosilicatos, principalmente las zeolitas, los aluminosilicatos de calcio y sodio hidratados (HSCAS) y las arcillas con contenido de aluminosilicatos. La mayoría de los aluminosilicatos pueden mitigar los efectos tóxicos de las micotoxinas polares, como por ejemplo las aflatoxinas y las fumonisinas. Aunque los productos derivados de la levadura también son conocidos por sus propiedades aglutinantes, en este caso se centra más la atención en las micotoxinas no polares (por ej. la zearalenona). La adsorción de micotoxinas es una estrategia válida, pero en el caso de algunas de ellas no es posible una aglutinación completa. Como medida preventiva, se puede utilizar propionato para reducir eficazmente el crecimiento de la especie Aspergillus y la producción de micotoxinas como tales.

En especial los tricotecenos son difíciles de aglutinar y tienen un conocido efecto nocivo sobre las células intestinales y el hígado. Se sabe que el desoxinivalenol (DON) disminuye la altura de las vellosidades y reduce la resistencia eléctrica transepitelial (TEER), lo que conduce a una menor absorción y digestión de los nutrientes de la dieta y a un aumento de la permeabilidad de la barrera intestinal. Orffa aplica una estrategia de protección del intestino y del hígado para ayudar a los animales en casos de contaminación por tricotecenos.

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